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Medicamentos Con Receta Para Adelgazar: ¿pueden Ayudarte?
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El Escitalopram es un antidepresivo de uso muy común en la actualidad, que se ha vinculado a aumento de peso. ¿Se puede engordar con Escitalopram? Hablaremos en este artículo del posible aumento de peso con Escitalopram, a qué personas les afecta más, en qué momento se produce y cómo evitarlo.
El Escitalopram es un fármaco antidepresivo de la familia de los inhibidores de la recaptación de serotonina (ISRS). Se encuentra comercializado en España con distintos nombres comerciales (Cipralex ®, Esertia ® y Heipram ®) o como medicamento genérico. En Estados Unidos y otros países está comercializado con el nombre Lexapro ®. De los seis ISRS es el más moderno y el más prescrito en nuestro país. Es un fármaco muy versátil que ha sido aprobado para el tratamiento de depresión, ansiedad generalizada, crisis de pánico, agorafobia, TOC, estrés postraumático y fobia social.
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El Escitalopram suele prescribirse a dosis de entre 10 y 20 mg al día. Ocasionalmente, se prescribe a dosis de hasta 40 mg al día, aunque esta dosis es superior a la recomendada en su ficha técnica. Como ocurre con otros antidepresivos, el inicio de la acción terapéutica no es inmediato. Es frecuente tener que esperar entre dos y cuatro semanas hasta que el antidepresivo empiece a actuar. La mayor parte de los efectos secundarios ocurren en los primeros días de tratamiento. Los efectos secundarios más frecuentes están relacionados con molestias gastrointestinales, fundamentalmente náuseas. También puede producir diarrea, estreñimiento, insomnio, nerviosismo, somnolencia, dolor de cabeza, mareo, sudoración o bostezos. No hay que asustarse con esta larga lista, la que la mayoría de las personas sentirán uno o dos de estos efectos secundarios en el rango de la molestia. Raramente se llega a suspender el fármaco por estos efectos adversos. En la mayoría de las ocasiones, los efectos secundarios desaparecen tras unos días de tratamiento.
Normalmente, los tratamientos antidepresivos se suelen prolongar en el tiempo durante meses. Esto se debe a que la depresión (y los trastornos de ansiedad que se tratan con antidepresivos) suelen ser persistentes y requieren un tratamiento prolongado para evitar recaídas. La larga duración de los tratamientos antidepresivos, nos lleva a preocuparnos por los posibles efectos secundarios a largo plazo o que no se resuelven tras las primeras semanas de tratamiento. Estos efectos secundarios a medio o largo plazo son, principalmente, dos: el aumento de peso y la disfunción sexual. Los antidepresivos pueden producir disminución de la libido sexual, retraso en la eyaculación y problemas para lograr el orgasmo. El tema de la disfunción sexual inducida por antidepresivos será tratado en otro post. En este artículo nos vamos a centrar en la ganancia de peso producida por Escitalopram.
La obesidad y el sobrepeso se están convirtiendo en un problema de salud pública en el mundo civilizado. Cada año, la tasa de personas con obesidad aumenta. Este incremento afecta sobre todo a los más pequeños: uno de cada tres niños con de entre siete y trece años tiene sobrepeso u obesidad. En concreto, un 10 % de los niños tiene obesidad y un 22 % tiene sobrepeso. Esto indica que, en un futuro, el problema de la obesidad será mayor y deberemos ser muy cuidadosos con aquellas acciones que puedan aumentar el peso de las personas.
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Las personas que, además de depresión, tienen obesidad se sienten peor y tienen una peor percepción de sí mismas. Por este motivo, es importante considerar en estas personas un tratamiento para la depresión que no engorde.
A los psiquiatras no preocupa prescribir medicamentos que pueden agravar la obesidad o que pueden hacer ganar peso a personas previamente sanas. En concreto, se estima que aproximadamente una de cada cuatro personas tomará antidepresivos a lo largo de su vida. Esta cuota tan elevada, unido a la duración de los tratamientos, hace que los antidepresivos sean objeto de preocupación en este sentido.
Teóricamente, los antidepresivos del grupo de los ISRS, al que pertenece el Escitalopram, deberían ser anorexígenos y no deberían aumentar el peso. Este efecto se debe a que la acción sobre la serotonina debería reducir la apetencia por los hidratos de carbono. Sin embargo, la mayoría de los ISRS, a pesar de su nombre, actúan también sobre otros neurotransmisores que pueden neutralizar ese efecto anorexígeno e, incluso provocar aumento de peso.
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La ganancia de peso que producen los antidepresivos es habitualmente del 2 % del peso corporal, esto es, entre uno y dos Kg de peso. En concreto el aumento de peso que produce Escitalopram en los primeros tres meses es de 140 gramos (según el estudio GENDEP). Esta cantidad es ridícula y muy inferior a los 1, 2 Kg de aumento de peso que produjo otro antidepresivo no ISRS (Nortriptilina) en el mismo tiempo.
En un estudio que comparó el aumento de peso entre distintos antidepresivos, se pudo calcular que las personas que toman Escitalopram tienen un 20 % más de riesgo en aumentar su peso un 5 % o más que las personas que no toman antidepresivos. En realidad, este incremento es poco significativo, ya que afecta a muy pocas personas. En cualquier caso, puede suponer para una persona de unos 70 Kg, un incremento de 3 o 4 Kg de peso.
“ Las personas que toman Escitalopram tienen un 20 % más de riesgo de engordar un 5 % o más de su peso corporal que las personas que no toman antidepresivos.”
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El aumento de peso provocado por Escitalopram suele ocurrir durante el primer año de tratamiento. A lo largo de los siguientes años tiende a estabilizarse gradualmente.
El estudio GENDEP observó que las personas que más peso ganaban no eran las que habían perdido peso como consecuencia de la depresión. Tampoco ganaban más peso las personas que fueran obesas antes del tratamiento. Sin embargo, fueron las personas más delgadas las que más peso ganan con Escitalopram. La dosis no está relacionada con la ganancia de peso: personas que toman dosis más altas (por encima de 20 mg al día) no aumentan más de peso que las personas que toman dosis menores.
Tener antecedentes de obesidad en la familia, sí aumenta el riesgo de ganar peso al tomar antidepresivos. Otro factor de riesgo para ganar peso tomando Escitalopram es tener un bajo nivel cultural. El motivo es que las personas con un nivel cultural más alto suelen hacerse más chequeos de salud, pesarse y cuidar mejor la dieta.
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Otro motivo para poder ganar más peso tomando Escitalopram es cuando se administra concomitantemente con otros medicamentos que tienen un riesgo elevado de aumentar el peso. Estos medicamentos suelen ser: Mirtazapina, Valproato, Litio, Lamotrigina, Carbamacepina, Pregabalina o antipsicóticos (Olanzapina, Quetiapina o Risperidona). Consulta a tu médico si estás tomando alguno de estos fármacos y has ganado unos kilos de más.
Para evitar engordar si tomas Escitalopram, lo más importante es vigilar la dieta y realizar ejercicio regularmente. Las personas que toman antidepresivos suelen tener una vida sedentaria y dedican menos tiempo a cocinar debido a su estado depresivo o de ansiedad. Es muy importante que estas personas entiendan que cuidar su salud, su alimentación y hacer ejercicio físico va a mejorar su estado de ánimo y va a evitar la ganancia de peso secundaria al Escitalopram y a la depresión.
Es raro, pero hay personas que engordan con Escitalopram. En este caso, lo primero es revisar qué otros medicamentos está tomando esa personas, hacer un chequeo médico para descartar otras causas de ganancia de peso y asegurarse que está haciendo ejercicio y cuidando la dieta. Lo habitual es que las personas que ganan peso con Escitalopram sea por alguna de las razones anteriores. Si es así, puede no tener mucho sentido cambiar el Escitalopram por otro antidepresivo, porque puede seguir pasando lo mismo. Lo mejor sería revisar los demás medicamentos, hacer un análisis de sangre y establecer un plan de ejercicio y dieta.
Qué Medicamentos Nos Hacen Engordar?
Si, aún con todo lo anterior, la persona sigue ganando peso, hay alternativas al Escitalopram si se engorda. Una alternativa puede ser la psicoterapia, como alternativa al tratamiento farmacológico. Si lo que buscamos es un nuevo fármaco, podríamos plantear los siguientes: Fluoxetina, Sertralina, Agomelatina, Vortioxetina o Bupropion. De entre estos fármacos, Fluoxetina y Sertralina serían los más parecidos a Escitalopram, ya que pertenecen a la familia de los ISRS. Las
